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Ringover nos muestra qué es el abuso de poder laboral, sus consecuencias y las estrategias para abordar esta situación.

El abuso de poder en el trabajo ocurre cuando un profesional con una posición de autoridad utiliza su poder para someter, controlar o intimidar a otros empleados de manera inapropiada. Puede manifestarse de diversas formas, desde el acoso verbal y psicológico hasta la explotación laboral y la discriminación en el entorno laboral. El abuso de poder es un problema relativamente frecuente en las empresas y afecta tanto a los individuos como a las organizaciones. Según datos que maneja Ringover, la solución líder de comunicación omnicanal para empresas, una de cada cuatro bajas laborales es por estrés, y una parte de ellas se debe a situaciones relacionadas con el abuso de poder en el entorno de trabajo.

Y, aunque el abusador a menudo oculta sus comportamientos detrás de una fachada de simple autoridad, identificar el abuso es clave para actuar y minimizar así las consecuencias derivadas de una situación que provoca una gran ansiedad en el trabajador y una pérdida de competitividad y rendimiento para las empresas. Por ello, los expertos de Ringover recomiendan estar alerta ante los siguientes signos:

1. Conducta excesivamente autoritaria

Los abusadores suelen insistir en la necesidad de la obediencia ciega y no permiten que sus decisiones sean cuestionadas, rechazando la opinión de otros sin consideración.

2. Falta de transparencia y manipulación

Los abusadores suelen manipular la información, la estructura organizacional o las relaciones interpersonales para mantener su control. Esto puede incluir comportamientos como no informan de cambios importantes en la empresa, no dar feedback esencial en el desarrollo de las tareas, retener información crítica, difundir rumores malintencionados o tergiversar los hechos a su favor.

3. Desprecio por los derechos de los empleados

Ignorar las políticas y procedimientos que protegen a los empleados es otro indicador de un abuso laboral. Estas personas, por ejemplo, pueden pasar por alto las solicitudes de vacaciones.

4. Aislamiento del personal

Los abusadores tienden a dividir al equipo para evitar que los empleados se comuniquen entre sí y formen alianzas. Además, suelen crear conflictos internos o promover rivalidades.

5. Microgestión

Controlar cada detalle del trabajo de los empleados, no confiar en sus capacidades y no permitir autonomía en la toma de decisiones son señales de abuso de autoridad.

6. Desvalorización y humillaciones públicas

El abusador tiende a criticar o ridiculizar a los empleados frente a otros para demostrar poder y control, lo que genera un ambiente de miedo y resentimiento hacia su persona en el equipo. Además, desvaloriza el trabajo y las capacidades del empleado, lo que puede incluir desde críticas desproporcionadas a su labor a la asignación de tareas triviales o injustas, pasando por la falta de reconocimiento de un trabajo bien hecho.

7. Coerción y amenazas veladas

Se manifiesta cuando el abusador impone tareas o responsabilidades excesivas a un trabajador bajo la amenaza de represalias como el despido, lo que crea un ambiente de miedo entre los empleados.

8. Favoritismo

Tratar a ciertos empleados con preferencias injustas, como asignar mejores proyectos, promociones o recompensas a ciertos trabajadores, lo que crea divisiones y resentimientos en el equipo.

9. Discriminación

La discriminación basada en género, raza, edad, orientación sexual, religión, o cualquier otra característica personal, es una forma de abuso de poder que puede llegar a ser devastadora para la moral de la persona o el equipo, y el principio de equidad en el lugar de trabajo.

10. Acoso

El hostigamiento puede ser verbal, físico o psicológico, incluyendo insultos, gritos, comentarios sarcásticos, tocamientos no deseados, y cualquier otra forma de conducta que degrade o intimide al empleado. 

Consecuencias del abuso de autoridad

El abuso de poder tiene consecuencias devastadoras tanto para los individuos como para la organización, entre ellas las siguientes:

- Estrés: el miedo a represalias genera altos niveles de ansiedad, lo que puede llevar a problemas de salud mental y física.

- Desmotivación: la falta de reconocimiento y el trato injusto reducen el compromiso del empleado con su trabajo y la organización.

- Baja autoestima: las críticas y humillaciones afectan a la percepción que los trabajadores tienen de sí mismos.

- Problemas de salud: El abuso de poder se transforma en trastornos físicos y mentales, como insomnio, depresión o enfermedades cardiovasculares.

- Alta rotación de personal: los empleados buscan salir de un ambiente tóxico, lo que incrementa los costos de contratación y formación para la empresa.

- Baja productividad: la moral baja afecta la eficiencia, el rendimiento y la calidad del trabajo, aumentando la posibilidad de cometer más errores.

- Mala reputación: el abuso de poder puede dañar la imagen de la empresa y dificultar la atracción de talento.

- Riesgos legales: las organizaciones con casos de abusos de poder están expuestas a demandas por acoso y discriminación, con las consiguientes sanciones y daño a su reputación. 

Estrategias para abordar el abuso de poder en empresas

Abordar el abuso de poder requiere una estrategia multidimensional que involucre a toda la organización, desde la alta dirección hasta los empleados de base. Además, debe contar con labores de prevención, intervención y corrección. Estas son algunas medidas que los expertos de Ringover consideran que se sería necesario implementar para abordar este problema:

Políticas claras: Implementar políticas de tolerancia cero hacia el abuso de autoridad y comunicarlas a todos los empleados, junto con las consecuencias de estas acciones.

Capacitación continua: Formación regular para todos los empleados sobre sus derechos y cómo identificar y reportar abusos. Estos programas deberían incluir escenarios prácticos y estrategias para manejar las situaciones más difíciles.

Cultura de transparencia: La empresa debe fomentar una cultura organizacional abierta donde se promueva la comunicación y se valoren las denuncias. La transparencia debe ser un valor central, promovida por la alta dirección y practicada a todos los niveles.

Canales de denuncia: Resulta imprescindible establecer mecanismos confidenciales y seguros para que los empleados puedan reportar los abusos sin miedo a represalias, como por ejemplo líneas de denuncia anónimas, buzones de sugerencias y acceso directo al departamento de Recursos Humanos.

Investigaciones imparciales: Una vez efectuada la denuncia, crear comités o contratar a terceros para realizar investigaciones justas y sin prejuicios, que deben ser rápidas, rigurosas y profesionales.

Apoyo a las víctimas: La organización debe proveer asistencia psicológica y legal a los empleados que han sido víctimas de abuso.

Sanciones adecuadas: Implementar sanciones adecuadas y proporcionales a la gravedad del abuso, sin importar la posición que el abusador pueda tener en la empresa. Pueden incluir desde advertencias hasta despidos inmediatos.

Revisiones periódicas: Conviene realizar regularmente auditorías internas para asegurarse de que las políticas de prevención del abuso de poder se estén cumpliendo, lo que puede incluir desde encuestas de clima laboral anónimas a evaluaciones de desempeño.

Fomentar el liderazgo positivo: A la hora de seleccionar personal y promocionar a gerentes, directivos y altos mandos, apostar por líderes que demuestren empatía, respeto y apoyo a sus equipos.

Reconocimiento y recompensa: Implementar sistemas que reconozcan y premien las conductas positivas y colaborativas, así como el comportamiento ético y respetuoso en el lugar de trabajo a través de bonificaciones u otros incentivos.

Patricia Mampel, responsable de Marca y Contenidos de Ringover en España apunta que: “el abuso de poder en el trabajo es un problema que hay que abordar sin paliativos. Es importante saber reconocer los signos y actuar en consecuencia, aplicando estrategias efectivas para prevenir y abordar este comportamiento con el fin de conseguir un ambiente laboral saludable y productivo. Las empresas deben comprometerse en esta tarea porque al hacerlo no solo estarán protegiendo a sus empleados, sino también contribuyendo a fortalecer la integridad y el éxito de la organización”.

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