Para los particulares y las empresas que desean reducir su impacto ambiental, una medida inteligente es introducir una política responsable de eliminación y reciclaje de aparatos electrónicos. “Con la cantidad de dispositivos electrónicos que hay en el mundo, debemos tomarnos muy en serio la gestión de su reciclaje, debido a los componentes potencialmente peligrosos que contienen. Esto también va de la mano de la idea de que los dispositivos que se reciclen deben someterse primero a un proceso de reseteo adecuado, para no dejar en ellos información potencialmente confidencial”, comenta Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET España.
Desintoxicación digital para dispositivos electrónicos
En primer lugar, la gestión de activos y el reacondicionamiento de dispositivos son algo de suma importancia. Los departamentos de TI suelen tener listas de dispositivos, así como información sobre quién utiliza esas máquinas y cómo. Tanto si un aparato se utiliza en la oficina como en casa, produce una huella, la mayoría de las veces en forma de energía utilizada. Por eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de comprar aparatos nuevos. En cualquier caso, la eficiencia energética no debe descartarse como argumento de venta de los nuevos equipos, pero con prácticas de reacondicionamiento, cualquiera puede prolongar el ciclo de vida de los dispositivos para minimizar su impacto y la generación de residuos electrónicos.
En segundo lugar, si se va a desechar o vender un dispositivo, hay que llevar a cabo una destrucción segura de los datos. Antes de deshacerse de cualquier pieza electrónica, especialmente ordenadores o teléfonos, hay que garantizar la eliminación de aquellos datos confidenciales. En este caso, ESET, compañía líder en ciberseguridad, aconseja un borrado del disco duro o memoria interna, el borrado magnético o la destrucción física completa del almacenamiento para evitar el acceso no autorizado a los datos confidenciales.
Para destacar por qué este punto es importante, el equipo de investigación de ESET, ESET Research, ha hecho público sus hallazgos sobre los datos que encontraron en dispositivos de segunda mano que compraron. La investigación reveló hasta qué punto dichos dispositivos no habían sido borrados correctamente y podrían haber dado lugar a accesos no autorizados e incluso a una filtración de datos.
En llamas: gestión de baterías de dispositivos defectuosos
Aunque los componentes y funcionamiento actual de las baterías incluidas en los dispositivos las hace más seguras, todavía pueden suponer un peligro de incendio, especialmente si estas baterías están defectuosas o llevan tiempo sin usarse. Para una empresa que gestiona decenas o centenares de aparatos que funcionan con baterías, debería ser de suma importancia comprobar su estado, ya que una batería hinchada puede muy bien provocar un incendio, costándole más que una posible sustitución. Para ello, contar con un programa establecido de reciclaje de baterías para teléfonos de trabajo, portátiles y otros dispositivos tiene mucho sentido, dado que dichas baterías podrían causar contaminación ambiental debido a los materiales peligrosos de los que están hechas. Además, algunos fabricantes y minoristas suelen tener programas de recogida de aparatos viejos para su descarte responsable, a veces incluso ofreciendo un aparato nuevo con descuento por el antiguo.
El problema con la infraestructura de los servidores
Cualquier empresa con un número suficientemente grande de servidores se enfrenta inevitablemente al dilema de si merece la pena mantenerlos, en gran parte debido a los costes asociados que conlleva esta decisión. Los servidores son la columna vertebral de cualquier operación informática, por lo que su uso adecuado puede suponer un importante ahorro de costes.
Disponer de un hardware de bajo consumo que funcione con fuentes de alimentación eficientes, CPUs de bajo consumo y otras funciones avanzadas de gestión de la energía puede reducir considerablemente el consumo y mantener el rendimiento. Pero en el contexto del reciclaje y el mantenimiento de activos, es prudente considerar una buena gestión del ciclo de vida, incluida la planificación de la eliminación al final de la vida útil. Otra opción sería eliminar la necesidad de servidores, o una reducción de su cantidad mediante la externalización de algunas sus funcionalidades.
La nube como aliada para reducir costes e impactos ambientales
Las soluciones en la nube pueden ser respetuosas con el medio ambiente y con el bolsillo, es decir, ayudan a la naturaleza reduciendo el impacto ambiental y a la empresa reduciendo algunos de sus costes. Estas medidas permiten a cualquier empresa transformarse hacia prácticas más ecológicas, ahorrar costes y conservar la experiencia humana, en lugar de optar por ahorrar costes prescindiendo de sus profesionales y manteniendo prácticas empresariales rígidas y anticuadas.
Con “prácticas verdes”, las empresas pueden reducir de forma considerable sus costes, ganando importantes ventajas competitivas. Además, contar con una infraestructura en la nube permite a que las compañías y organizaciones puedan invertir más en prácticas de trabajo remoto y protocolos de ciberseguridad, a la vez que reducen su demanda de energía y construcción. Todo ello resulta en significativos ahorros económicos y menos impactos ambientales en el planeta.