Este proyecto ha ayudado a que 180 pymes rurales, ubicadas en Galicia, Aragón, Madrid, Extremadura, Andalucía, Cataluña y Canarias, pudieran ampliar sus competencias digitales impulsando sus conocimientos y herramientas en comercio electrónico y, de esta forma, poder cubrir las necesidades de unos consumidores que cada vez optan más por hacer sus compras de manera online.
Para José Manuel Cebollada Sebastian, dueño de una gasolinera en Calamocha (Teruel), esta experiencia “le ha abierto los ojos a la nueva realidad del comercio en el medio rural. Hoy en día, las zonas rurales en España se están vaciando y gracias al e-commerce se nos abren más posibilidades de cara al mantenimiento y mejora de nuestro negocio. Es una herramienta fundamental”, asegura. Por su parte, María Eugenia Medina González, al frente de una pyme en A Rua (Ourense) ha remarcado la importancia de la coyuntura actual: “Estamos en un momento en el que el incremento de clientes es fundamental. Durante la pandemia fuimos conscientes que teníamos un hueco importante en la venta online. Cuando se nos propuso hacer está formación, fue el momento de enfrentarnos a esta realidad”.
De las 180 micropymes y pequeñas empresas que se han formado en e-commerce con este programa, se seleccionaron 152 para la realización de una prueba piloto que les ha permitido implementar su tienda electrónica de manera gratuita. Además, estas 152 pymes han recibido un ordenador portátil con el que poder desarrollar las competencias aprendidas y mantener su negocio online. Nuria Cesar López, propietaria de una tienda en Tabernas (Almería), ha sido una de las afortunadas en recibir este material informático: “Lo mejor del programa es que ha sido completo: formación, realización de un E-Commerce, un ordenador portátil para poner en práctica lo aprendido y manejar mi tienda online”. Este programa le ha permitido comenzar su negocio online y ella está desarrollando ya su estrategia de marketing digital.
Los profesionales de las pymes que han participado en el programa han contado con asesoramiento, formación y la información necesaria para mejorar el funcionamiento de sus empresas y adaptarlas a las exigencias del mercado digital. “La participación en este programa me ha parecido muy interesante y enriquecedor, pues me ha brindado la oportunidad de conocer y acceder a un campo que creía no accesible para mi negocio”, ha remarcado Agustín Alemán Pérez, que cuenta con una empresa de cerámicas en la localidad de Uga (Las Palmas de Gran Canaria):
Así mismo, durante la ejecución del programa “Iluminación digital para pymes del medio rural” también se ha contribuido al aprendizaje en herramientas digitales de 4.008 personas residentes en localidades de menos de 10.000 habitantes de las comunidades de Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León (Zona del Bierzo), Cataluña, Extremadura y Galicia. Endesa y AFAMMER han ayudado a que miles de personas aprendan a comprar en una tienda online, sepan cómo descargarse la firma digital y realizar trámites administrativos así como el manejo de las nuevas tecnologías de la información (TIC) y ahorro energético.
José Bogas, consejero delegado de Endesa, ha recibido de manos de Carmen Quintanilla, presidenta nacional de AFAMMER, el informe final del proyecto con los resultados del mismo. Quintanilla ha explicado que se ha cumplido con el objetivo planteado al 100% y ha querido agradecer a Endesa la confianza para desarrollar este proyecto y su compromiso con el desarrollo de los municipios rurales.
Ante estos positivos resultados y testimonios, el consejero delegado de Endesa, ha remarcado la importancia de proyectos como este: “Las pymes españolas, y especialmente las que se desenvuelven en el entorno rural, necesitan nuestro apoyo más que nunca, porque de ellas está hecho el tejido que nos sostiene. La digitalización es una palanca de cambio fundamental para estas pequeñas empresas y poder acompañarlas en su proceso de transformación es una gran satisfacción. Este programa demuestra la capacidad de la sociedad para, con agilidad, unir esfuerzos y volcar la dirección de sus proyectos hacia un foco distinto y solidario. Debe ser una de esas lecciones aprendidas que han llegado para quedarse”.
“Gracias al programa que AFAMMER ha desarrollado con la colaboración de Endesa, hemos conseguido la igualdad de oportunidades para miles de personas del medio rural y sus familias, pues les hemos facilitado el acceso a productos y servicios a los que antes no podían acceder por la falta de conocimientos en herramientas digitales”, ha destacado la presidenta nacional de AFAMMER. “Hoy una persona que no sabe manejar internet o usar la firma digital es una analfabeta, como en el siglo XIX lo eran aquellas personas que no sabían leer ni escribir”.
El programa, dotado con 615.000 euros, forma parte de las acciones realizadas bajo el Plan Endesa de Responsabilidad Pública ante el Covid. Esta iniciativa ha movilizado 25 millones de euros desde marzo de 2020 en proyectos distribuidos casi a partes iguales entre ayuda médico-sanitaria en una primera fase hasta junio de 2020; y apoyo a pymes, desempleados, familias y colectivos en situación de vulnerabilidad para propiciar la reactivación socioeconómica, en su segunda fase. Este Plan está en sus últimos meses de ejecución y ha conseguido hasta ahora apoyar a más de 153 proyectos.
Para María Malaxechevarría, directora general de Sostenibilidad de Endesa, “esta iniciativa refleja, una vez más, el compromiso de la empresa con “no dejar a nadie atrás”. Somos sensibles a las necesidades del entorno por lo que orientamos nuestra actividad a dar respuesta a los grandes retos sociales, ambientales y éticos que afronta la sociedad. Pero además estamos especialmente contentos en poder aportar al medio rural, entorno que sentimos muy cercano, que forma parte de nuestras raíces y donde se desarrolla en gran medida nuestra actividad. Creemos que el entorno rural juega un papel primordial para conseguir sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles. Un programa como este permite aunar lo mejor de distintos “mundos” a través de la digitalización, consiguiendo que, a través de la adaptación tecnológica, las pequeñas empresas rurales ganen en competitividad y, con ello, en potencial de futuro”.